Correo 41 publicado el 15 Noviembre 2013

EN ROMA, LA FORMA EXTRAORDINARIA CON TOTAL NORMALIDAD


Varios miembros de la oficina de Paix Liturgique tuvieron la gracia de participar en la peregrinación del pueblo Summorum Pontificum que concluyó el domingo 27 de octubre con la celebración de la fiesta de Cristo Rey, en la basílica de Santa María sopra Minerva por Mons. Fernando Rifan, obispo ordinario de la administración apostólica San Juan María Vianney (Brasil).

De regreso de Roma, nuestra impresión principal es muy sencilla: ad Petri sedem, los católicos «extraordinarios» son tratados como católicos «ordinarios» o, sin juego de palabras, en Roma la presencia de los representantes del pueblo Summorum Pontificum es considerada normalmente. Ni más ni menos.

Por lo tanto, volvemos a nuestras parroquias y diócesis fortalecidos con esta sencilla esperanza: que lo que es posible y normal a orillas del Tíber, lo sea también, el día de mañana, a orillas del Sena, del Rin, o del Tajo.



I –  EL MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO A LOS PEREGRINOS

A Su Eminencia Reverendísima, el cardenal Darío Castrillón Hoyos, con motivo de la peregrinación a Roma del Cœtus Internationalis Summorum Pontificum en el marco del Año de la Fe. Su Santidad el Papa Francisco dirige un cordial saludo, con el deseo de que la participación en el piadoso itinerario junto a las tumbas de los apóstoles, suscite una ferviente adhesión a Cristo, celebrado en la Eucaristía y en el culto público de la Iglesia, y procure un impulso renovado al testimonio evangélico.

El Soberano Pontífice, invocando los dones del Espíritu Santo y la maternal protección de la Madre de Dios, imparte, de corazón, la implorada Bendición Apostólica, propiciatoria de paz y fervor espiritual, a Vuestra Eminencia, a los prelados, a los sacerdotes y a todos los fieles presentes en esta santa celebración.



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La bendición del Santo Padre fue leída durante la misa celebrada por Mons. Pozzo, secretario de la comisión Ecclesia Dei, en la basílica de San Pedro, el sábado 26 de octubre. Estas líneas, firmadas por el nuevo Secretario de Estado, Mons. Parolin, constituyeron un eco de la vibrante homilía del cardenal, ex presidente de dicha comisión y, a dicho título, artífice principal del Motu Proprio Summorum Pontificum promulgado por Benedicto XVI el 7 de julio de 2007.

El cardenal, en su homilía, al dirigirse al Soberano Pontífice utilizando un «nosotros» que no era mayestático sino colectivo –Su Eminencia se consideraba en ese momento como simple miembro del pueblo Summorum Pontificum– afirmó, en efecto, que «no estamos solos, Santísimo Padre; estamos con los siglos de la Iglesia y las legiones de santos y de mártires». Un mensaje fuerte que llegó al corazón de los peregrinos.




II –  LAS REFLEXIONES DE PAIX LITURGIQUE


1) Por segundo año, los peregrinos del pueblo Summorum Pontificum entraron en procesión a San Pedro. Mientras que el viernes los organizadores estaban sobre ascuas debido a que la ciudad de Roma había prohibido que tomaran la vía de la Conciliación ante la falta de efectivos policiales suficientes, el sábado, finalmente, la procesión pudo avanzar solemnemente por la majestuosa arteria que sube hacia San Pedro bajo la mirada de decenas de miles de personas presentes en Roma para participar en las Jornadas de la Familia. Sencillamente porque el Vaticano movilizó a los voluntarios del Año de la Fe para que reemplazaran a los policías municipales, como sucede habitualmente con cualquier grupo de peregrinos en grandes acontecimientos. Sencillamente.


2) Por segundo año, un cardenal celebró en el altar de la Cátedra de San Pedro. El año pasado, el cardenal Cañizares, prefecto del Culto Divino, había explicado que celebraba porque, para él, era «normal» hacerlo. Este año, el cardenal Castrillón, prefecto emérito de la Congregación para el Clero, se incluyó entre los peregrinos al usar el pronombre colectivo «nosotros» en su sermón, como lo haría todo pastor que conduce a sus ovejas en peregrinación a un lugar santo. Este año, por vez primera desde la celebración iniciada en 2011 por iniciativa del padre Nuara en el altar de la Cátedra de San Pedro, los servicios del cardenal Comastri, arcipreste de la basílica, habían retrocedido el altar hacia el medio del coro. Una modificación corriente en las ceremonias que exigen un amplio espacio delante del altar, sobre todo en las ordenaciones de los miembros del seminario norteamericano. Dado que el servicio litúrgico conforme a las prescripciones de la forma extraordinaria del rito romano se despliega mejor así, este año se aplicó dicha disposición para este caso. Sencillamente.


3) Por segundo año consecutivo, el Secretario de Estado hizo llegar a los peregrinos un mensaje del Papa. Nada excepcional tampoco, todos los peregrinos ad Petri sedem reciben el saludo y estímulo del Santo Padre. Simplemente.


4) Como lo habrán comprendido nuestros lectores, si subrayamos la «normalidad» con la que se desarrolló –al menos, en su dimensión institucional, ya que en el plano espiritual, estas jornadas romanas han sido de una riqueza extraordinaria– la peregrinación es porque, muy a menudo todavía, el trato reservado a los cœtus (grupos de fieles) Summorum Pontificum en muchas parroquias y diócesis, en particular en Europa, es anormal. Recemos, por tanto, para que lo que es posible en Roma, lo sea también mañana en nuestras parroquias. Simplemente.



ANEXO – EL HOMENAJE DE LOS PEREGRINOS AL CARDINAL CASTRILLÓN

Después de la ceremonia, en la sacristía de San Pedro, los responsables del Cœtus Internationalis Summorum Pontificum agradecieron al cardenal Castrillón no sólo por la celebración del día, sino también y sobre todo, por su acción de antigua data a favor de la paz y la reconciliación. La Schola Sainte Cécile se asoció a ese momento caluroso entonando un estupendo «Ad multos annos», dado que el cardenal celebraba ese mismo día el 61.er aniversario de su ordenación sacerdotal.

El siguiente es el texto de agradecimiento leído al cardenal en español al finalizar la ceremonia:
A S.E.R. el Cardenal Darío Castrillón Hoyos,
Prefecto emérito de la Sagrada Congregación para el Clero,
antiguo Presidente de la Pontificia Comisión
Ecclesia Dei,
decidido defensor durante lustros del “derecho de ciudadanía” de la liturgia gregoriana para salvaguardia de la paz de la Iglesia y para la concesión a todos los sacerdotes y fieles católicos, en especial los más humildes, del inmenso beneficio de las inagotables riquezas de la venerable tradición latina;
cuya acción paciente y vigorosa fue consagrada en 2007 por el Motu Proprio
Summorum Pontificum del Papa Benedicto XVI;
con ocasión de la misa pontifical por él celebrada, en medio de un gran concurso de sacerdotes y fieles, en el altar de la cátedra del apóstol en la basílica vaticana para la peregrinación del pueblo “Summorum Pontificum” el 27 de octubre de 2013, día aniversario de su ordenación sacerdotal,
los responsables del
Cœtus Internationalis Summorum Pontificum y el coro Sainte-Cécile de Paris expresan su profunda gratitud y su afectuosa veneración.




El homenaje de los peregrinos al cardenal Castrillón Hoyos, leído por el Padre Díaz