Correo 90 publicado el 5 Septiembre 2018

La Tradición en Francia: historia y situación en 2018

Desde la publicación del motu proprio Summorum Pontificum en 2007, Paix Liturgique se ha empeñado en ilustrar la universalidad del interés por la liturgia tradicional mediante reportajes, testimonios y encuestas recabados en todos los continentes, que demuestran que el aprecio por la liturgia y la Fe tradicional no es y no ha sido nunca, como se suele afirmar con exageración, un «asunto franco-francés». No obstante, en nuestras giras, frecuentemente nos preguntan qué representa el catolicismo tradicional en Francia. Este correo aspira a presentar un resumen sucinto del año 2018 de la Tradición en Francia, su situación actual y su historia.

 

13 000. Es la cantidad de peregrinos que han participado en la peregrinación Nuestra Señora de la Cristiandad entre París y Chartres en 2018 (peregrinación animada por las comunidades Ecclesia Dei). A este número debemos agregar los 6000 fieles cercanos a la Fraternidad San Pío X que han caminado de Chartres a París el mismo fin de semana de Pentecostés. En una y otra, y por tanto, en total, números considerables y en constante aumento que prueban la vitalidad extraordinaria del catolicismo tradicional francés. El cardenal Sarah, quien visitó a los peregrinos de la Cristiandad el domingo por la tarde antes de acogerlos el lunes en la catedral de Chartres , se declaró impresionado por toda esta juventud y todas estas familias que muestran que las raíces cristianas de Francia todavía dan frutos.



Peregrinos de Chartres (foto Notre-Dame de Chrétienté)

 

 

I –Profundas raíces

 

A menudo, en el extranjero y a veces también en Francia, se limita la reacción de los católicos franceses ante los cambios conciliares y posconciliares a la figura de Mons. Marcel Lefebvre, primer arzobispo de Dakar y superior general de los espiritanos en el momento del Concilio. No obstante, mucho antes de que Mons. Lefebvre se decidiera en 1970 a fundar la Fraternidad Sacerdotal San Pío X para la preservación y restauración del sacerdocio católico, muchos sacerdotes y laicos franceses habían manifestado sus temores y su rechazo ante las reformas modernistas.

La reacción sacerdotal revistió diferentes aspectos. Un aspecto intelectual, en primer lugar, con la publicación de numerosos textos críticos de los errores neomodernistas –pensemos, por ejemplo, en el trabajo del R.P. Calmel, teólogo dominico, o en el abbé de Nantes, fundador de la Contra Reforma Católica, de quien puede afirmarse que fue el primer «resistente» tradicionalista francés (1). Un aspecto militante, en segundo lugar, con sacerdotes como el padre Coache o el P. Barbara (2) que llevaron centenas de fieles en peregrinación a Roma a inicios de los años 70 para manifestar su fidelidad a la misa de San Pío V. Un aspecto local, por último, con muchos sacerdotes que, en cada diócesis, se esforzaron por conservar o incluso restaurar en su parroquia todo lo que el viento conciliar se llevaba. Desafortunadamente, la mayoría de ellos fueron perseguidos, a veces, cruelmente, por su jerarquía y sus cofrades hasta lograr que dejaran de vivir su vida católica como la habían recibido y tal como había existido desde tiempos inmemoriales. Sólo algunos «párrocos testigo», en la generalidad de los casos en zona rural, lograron atravesar esos años de plomo pero, cuando se veían obligados a cesar a causa de su edad o porque el Señor los llamaba a sí, su obra desaparecía muy rápidamente, dejando a los fieles vinculados a todo lo que estos sacerdotes habían conservado en un aislamiento casi total...


También en las comunidades religiosas, hubo reacciones previas a la de Mons. Lefebvre. Cabe destacar el papel desempeñado por la abadía benedictina de Fontgombault y su primera «hija», Nuestra Señora de Randol, que mantuvieron la misa tradicional hasta 1974, y el de Dom Gérard Calvet, fundador de un priorato benedictino en Bédoin, en el Vaucluse (y que más tarde, fundó la Abadía Santa Magdalena del Barroux) sin olvidar a algunos sacerdotes de San Vicente de Paul. Y por el lado femenino, no se puede omitir a las dominicas del Espíritu Santo (Pontcalec), por un lado, y por el otro, en sintonía con la obra de Mons. Lefebvre, las dos ramas de las dominicas educadoras del Santo Nombre de Jesús (Fanjeaux y Brignoles), que han contribuido a preservar, a través de la educación católica de las jóvenes, la esencia misma de la familia católica.

A la par de los clérigos, la movilización de los fieles tuvo una importancia capital, dado que los laicos contaban con mayor libertad para actuar y reaccionar, aun cuando, en varios momentos, las autoridades eclesiásticas francesas, creyéndose aún en los felices tiempos anteriores al Concilio, intentaron usar la fuerza o un derecho convertido en algo totalmente anacrónico como consecuencia del mismo Concilio, para hacer callar a estos espíritus libres e independientes con amenazas de sanciones canónicas...


Transcurrido más de medio siglo desde ese oscuro período, es necesario rendir un homenaje especial a Jean Madiran, quien, como director de la revista Itinéraires, desempeñó con coraje, inteligencia y obstinación, un papel decisivo en el «gran rechazo» hacia el nuevo Ordo y el abandono del catecismo y la falsificación de la Escritura. Otras personalidades tuvieron también un papel eminente, entre otros, Michel de Saint-Pierre, Louis Salleron, Jacques Perret o personalidades inspiradas e inspiradoras como Henri y André Charlier, así como Jean Ousset, quien, a pesar de que no se implicó directamente en las cuestiones religiosas y litúrgicas, permitió esta reacción debido al terreno fértil que había contribuido a formar en el marco de la Cité Catholique (Ciudad Católica). Esencial resultaron asimismo la creación de Una Voce por Geroges Cerbelaud-Salagnac, en 1964, y la del movimiento de los Silenciosos en la Iglesia de Pierre Debray (4). Desde la perspectiva militante, recordemos la Alianza San Miguel, que luchó en primera línea contra los abusos más escandalosos. Debemos citar también la fundación de los Scouts de Europa en 1958 (claramente opuestos a las novedades religiosas en ese momento) y la del MJCF (Movimiento de la Juventud Católica de Francia) en 1967.


II – La situación en 2018

A) Los lugares de culto

A partir de fines de los años 60, la jerarquía de Francia con autoridad en las parroquias y obras católicas, se esforzó en hacer cesar todo lo que se pareciera a una oposición a las novedades conciliares. En las estructuras eclesiásticas, los hombres y mujeres que permanecían aferrados al espíritu tradicional fueron perseguidos. Pero también los laicos sufrieron mucho debido a los obstáculos que se les oponían cuando querían continuar yendo a las misas tradicionales y al catecismo ortodoxo para sus hijos.

 

Un viento de resistencia se levantó entre cierto número de ellos –jóvenes o mayores, mujeres u hombres– para ayudar a los sacerdotes fieles a celebrar la misa que se había prohibido y para obtener los medios para poder seguir asistiendo a ella. Así, comprando aquí un garaje (o una antigua carnicería, como sucedió en la calle de la Cossonnerie, en París), alquilando allí una sala de espectáculos, transformada en lugar de culto ocasional, formaron, en una decena de años, una extraordinaria red de «misas salvajes» para lograr que Francia siguiera irrigada por una misa verdaderamente católica.


Fue preciso esperar hasta 1988, con la publicación del motu proprio Ecclesia Dei promulgado por las autoridades romanas como un corta-fuego ante las ordenaciones episcopales realizadas por Mons. Lefebvre, para que comenzara a disminuir poco a poco la presión, recordando las palabras de Dom Gérard al afirmar «que todos los bienes conseguidos después de las consagraciones lo habían sido gracias a las consagraciones»... Vino más tarde el motu proprio Summorum Pontificum de 2007 que legitimó la «resistencia» a la misa conciliar, al decidir que la misa tradicional nunca había sido prohibido –lo cual era al menos discutible en los hechos, en Francia en especial– y permitió, por fin, aunque no siempre de manera generosa, aumentar el número de iglesias y capillas donde se celebra la liturgia calificada en dicho texto como «extraordinaria».

 

En 2018, la celebración de la misa tradicional sólo está ausente en tres departamentos de los 95 de la Francia metropolitana. Se trata de tres departamentos rurales: Arcdèche, Creuse y Haute-Saône. En concreto, esto significa que existe una misa tradicional accesible a menos de una hora de coche desde cualquier punto de Francia. 285 lugares de misa (dominical o no) reconocidos por las diócesis existen hoy en nuestro país, contra 132 en el momento de la promulgación de Summorum Pontificum en 2007. Si agregamos los 203 lugares de culto de la FSSPX (contra 184 en 2007), se obtiene un total de 488 lugares de culto tradicional en 2018 contra 316 en 2007. Por supuesto, comparado con las 4300 parroquias que existen en Francia, puede parecer bien poco. Y no obstante, se puede decir que ahora la misa tradicional se celebra de una u otra forma en más del 10 % de las parroquias de Francia y todo ello, ¡50 años después de que se suprimiera, aplastara y persiguiera esta misa!


B) Los seminarios de las comunidades tradicionales

Durante cerca de 20 años, la estrategia consistente en perseguir a los sacerdotes fieles y prohibir la ordenación de los seminaristas que fueran algo conservadores pareció el medio eficaz para erradicar el motor de la resistencia católica, es decir, el sacerdocio tradicional.


Con la salvedad de que Mons. Lefebvre había inaugurado, en 1970, un seminario abierto a los jóvenes deseosos de ser sacerdotes con un espíritu clásico. El respeto extraordinario y el asombroso entusiasmo manifestado por multitud de fieles hacia el prelado-resistente reposaba simplemente en el hecho de que «producía sacerdotes»: por lo tanto, la misa, el catecismo, la vida católica de las familias podrían continuar como antes. En todo esto, Mons. Lefebvre fue, de alguna manera, la consecuencia de todas las obras del catolicismo llamado «integral» que, desde los años 1950 hasta los años 1970, constituyeron el terreno fértil del catolicismo tradicional francés (5), del cual ha brotado medio siglo de resistencia espiritual, litúrgica, catequística, familiar, extraordinariamente perseverante y, por momentos, heroica, de fieles y familias católicas.

 

La FSSPX y la Fraternidad San Pedro, el Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote y el Instituto del Buen Pastor han nacido a partir de una base fundacional francesa importante. Las dos primeras están establecidas en Suiza y cuentan con su seminario europeo en Alemania, aun si la FSSPX ha instalado desde hace mucho su año de espiritualidad (propedéutica) en Flavigny, cerca de Dijon, en la Borgoña. El seminario del Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote se encuentra en Toscana. Sólo el Instituto del Buen Pastor tiene, por ahora, su seminario en Francia. Recemos para que estos institutos cuenten pronto con un seminario en suelo francés...


C) Las comunidades religiosas

Hemos evocado antes las comunidades religiosas que habían resistido o intentado hacerlo durante los años de plomo y de lágrimas. La apertura del seminario de Mons. Lefebvre donde podían ser ordenadas, motivó que muchas vocaciones religiosas recurrieran a él, lo que luego posibilitó un florecimiento de nuevos institutos religiosos. Estas nuevas comunidades son hoy muy numerosas, ya sean de derecho pontificio o de derecho diocesano, como la obra de Riaumont, los religiosos de San Vicente Ferrer, los canónigos de la Madre de Dios, los Misioneros de la Misericordia Divina, o cercanas a la FSSPX, como la Comunidad de la Transfiguración, los Capuchinos de Morgon, los Benedictinos de Bellaigue, las comunidades carmelitas, los dominicos de Avrillé, que más tarde se independizarían, etc. Se podría también hablar de obras próximas, como la comunidad Santo Tomás Becket, que, de una manera u otra, constituyen frutos de la resistencia católica francesa del inmediato post-Concilio.


D) Las vocaciones

Desde hace ya varios años, venimos realizando un recuento preciso y un análisis comparativo de las vocaciones sacerdotales tradicionales y las vocaciones diocesanas. Estos últimos años, un nuevo sacerdote francés de cada 5, en promedio, ha sido ordenado en la forma extraordinaria del rito romano y para dicho rito. El fenómeno alcanza también las vocaciones religiosas, más difíciles de contabilizar pero con un crecimiento idéntico. Desde la reforma litúrgica, Fontgombault, hija a su vez de Solesmes, ha dado origen a las abadías de Randol, Triors y Donezan en Francia, y a la abadía de Clear Creek en los Estados Unidos, y ha contribuido también al resurgimiento de la agonizante abadía de Wisques. Fundada por Dom Gérard Calvet, la abadía del Barroux ha originado el priorato de La Garde y, de modo indirecto, varias fundaciones vinculadas a la FSSPX (desde Brasil a Nuevo México, de donde surgió Bellaigue, en Francia). Un mismo dinamismo sorprendente encontramos entre las religiosas, empezando por las dominicas educadoras de Fanjeaux y Brignoles (FSSPX) y las del Espíritu Santo (Ecclesia Dei) entre las benedictinas y las dominicas contemplativas de Avrillé y demás...


E) Las organizaciones juveniles, familiares, sociales

 

La efervescencia impresionante que acabamos de presentar sigue activa. Como consecuencia de ella, ha habido un desarrollo impresionante de asociaciones, revistas, y en Internet, sitios de información, de piedad o de reflexión. Además, están los scouts (o exploradores), el catecismo por correspondencia, los movimientos de juventud, el acompañamiento espiritual de las familias (Domus Christiani), las iniciativas pro vida o caritativas, sin olvidar, desde luego, a Nuestra Señora de la Cristiandad que organiza la peregrinación de París a Chartres, comentada al principio de este correo, etc. Estas obras influyen más allá del mundo tradicional, como la Marcha por la Vida o SOS Cristianos de Oriente, por mencionar apenas dos iniciativas emblemáticas de los últimos años.


F) Las escuelas


La red de escuelas católicas en el momento del Concilio era de una gran riqueza. Pero como todas las obras católicas, acabaron excluyendo todo contacto con el espíritu tradicional, cuando no se convirtieron en centros militantes de oposición a dicho espíritu. Ello explica que cuando las familias hubieron encontrado, gracias a sus oraciones y su espíritu decidido, lugares para asistir a misa, su preocupación inmediata fuera la de recrear escuelas donde reinara un auténtico espíritu católico. El resultado ha sido espectacular: el mapa de las escuelas libres plenamente católicas cuenta hoy 172 escuelas no concertadas, sin dependencia alguna del Estado y, en principio, libres también de todo control diocesano. En los últimos 15 años, este número ha explotado, como también el conjunto del sector no concertado. Mientras los católicos norteamericanos suelen privilegiar el «homeschooling» (la escuela en casa), los católicos tradicionales franceses prefieren enviar a sus hijos a escuelas creadas y financiadas por ellos mismos, cuyos programas perpetúan los valores a los que están apegados y donde la educación religiosa se confía, por lo general, a sacerdotes o religiosas pertenecientes a institutos o comunidades Ecclesia Dei, a la FSSPX o a sacerdotes diocesanos Summorum Pontificum que celebran la forma extraordinaria del rito romano.


G) Perspectivas futuras: los católicos franceses y la liturgia tradicional

En 2001, 2006 y 2008, Paix Liturgique encargó a organismos profesionales e independientes tres encuestas en el territorio de Francia metropolitana sobre la relación de los católicos franceses con la liturgia tradicional de la Iglesia: IPSOS en abril de 2001, CSA en noviembre de 2006 y en septiembre de 2008. A partir de fines de 2009, hemos completado estas encuestas nacionales con sondeos diocesanos y parroquiales. Durante dos años, hasta el verano de 2011, y nuevamente en 2018, hemos hecho realizar 14 encuestas en las diócesis francesas que nos han parecido más significativas, para completar y precisar los resultados de nuestros sondeos nacionales. Los resultados de dichas encuestas –los únicos estudios estadísticos serios hechos sobre la cuestión hasta el momento– revelan una gran coherencia, en el tiempo y el espacio, del sentimiento de los católicos franceses con respecto a lo que ahora se ha convenido en llamar la «forma extraordinaria del rito romano».  Los resultados son muy claros, EN FRANCIA, UN FIEL CATÓLICO DE CADA TRES (¡como mínimo!) SE DECLARA DISPUESTO A ASISTIR A LA MISA TRADICIONAL CON TAL DE QUE SE CELEBRE EN SU PARROQUIA. Queda, entonces, un largo trecho por recorrer, incomprensiones por remontar, hombres de buena voluntad por convencer, y años todavía de labor y oraciones para lograrlo, pero qué alegría y qué esperanza para nosotros y nuestras familias: «Nunc dimittis servum tuum Domine…»


III - Conclusión

 

¿No es esto, por ventura, fruto de la Providencia y de los hombres que suscita la Providencia, no es la aplicación de la divisa de Santa Juana de Arco, Patrona de Francia: «Los hombres de armas batallarán y Dios les dará la victoria»? Dios jamás se deja vencer en generosidad, como lo muestra aquí al permitir una situación que NADIE HABRÍA PODIDO CREER POSIBLE HACE 50 AÑOS.

 

Pero lo que ha ocurrido en Francia es sólo un ejemplo de lo que ha sucedido, de otra forma, en Estados Unidos, en México o en otros lugares, y que puede producirse en muchos otros sitios durante los próximos años.


Y esto es apenas un comienzo, una primera participación en la reconstrucción de la Iglesia y sus obras, su misión, su liturgia. Según la divisa benedictina, hay que seguir rezando y trabajando. Sin cesar.


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(1) Poco influyente en la actualidad, la Contra Reforma Católica gozó de gran prestigio desde sus inicios, en 1967, debido a la notoriedad de la que gozaba ya antes la Lettre que el abbé de Nantes dirigía desde fines de los años 50 a sus amigos.


(2) Párroco de Montjavoult, en la diócesis de Beauvais, el padre Louis Coache fue destituido por su obispo después de haber restaurado la procesión de Corpus Christi en su parroquia, transformándola en el centro neurálgico de la resistencia católica de la región parisina. Como consecuencia, abre la Maison Lacordaire en Flavigny-sur-Ozerain, Borgoña, donde predica retiros espirituales. Su presencia en ese pueblo favorecerá la instalación de una abadía benedictina olivetana y de la Fraternidad San Pío X, a la cual cederá su casa.


(3) Párroco de la diócesis de Constantine, el padre Noël Barbara, autor de un Catecismo del matrimonio católico, se une por algún tiempo a los Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey, congregación consagrada a la predicación de los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola según el método del P. Vallet, su fundador. Más tarde, se instala en Touraine, donde anima la asociación y la revista Forts dans la Foi.


(3) Bajo la presión de Pablo VI, renunciaron a su celebración en ese momento... y la retomaron más tarde aprovechando el motu proprio Ecclesia Dei de 1988.

 

(4) Como el Opus sacerdotale del canónigo Catta (ver el correo francés nº 400), los Silenciosos de la Iglesia no hicieron de la defensa de la liturgia tradicional el centro de su combate, posicionándose más bien como freno ante las desviaciones modernistas más que como promotores de la restauración tradicional. Sin embargo, debido a su importancia numérica y su carácter inclusivo, ambas iniciativas han desempeñado un papel considerable en la preservación del sensus fidei entre los católicos franceses.

 

(5) Aludimos al artículo del padre Grégoire Célier, Un terreau fertile : La Tradition en France avant la Fraternité Saint-Pie X (1958-1976).