Correo 50 publicado el 17 Octubre 2014

UN SACERDOTE EN CUYO CORAZÓN REINA LA PAZ LITÚRGICA

UN TESTIMONIO EJEMPLAR CON MOTIVO DE LA PRÓXIMA PEREGRINACIÓN "SUMMORUM PONTIFICUM"

Nuestro correo de esta mes retoma la entrevista concedida por el cura párroco de una iglesia de Oklahoma, el padre Timothy Davison, a Alberto Carosa, corresponsal de Roma de Catholic World Report. El Padre Timothy Davison, que celebra la forma extraordinaria desde hace menos de dos años, guiará un grupo de peregrinos durante la próxima peregrinación Summorum Pontificum a Roma.

Que tres cardenales de primer orden celebren las tres misas pontificales en la forma extraordinaria del rito romano previstas para la próxima peregrinación del pueblo Summorum Pontificum a Roma no resulta, en sí mismo, nada asombroso. Ellos son el cardenal Pell en la parroquia de la Santísima Trinidad de los Peregrinos, el viernes 24 de octubre; el cardenal Burke, el 25 de octubre en la basílica de San Pedro; y el cardenal Brandmmüller, el domingo 26 en la abadía benedictina de Nursia en la fiesta de Cristo Rey. Varios vaticanistas, entre otros Sandro Magister (ver aquí), han destacado la importancia de la participación de uno de los cardenales más notorios de la “nueva” Curia del papa Francisco, el cardenal George Pell, prefecto de la reciente Secretaría para Asuntos Económicos de la Santa Sede, quien abrirá las celebraciones.

De hecho, el antiguo arzobispo de Melbourne –que no ha temido tomar posición a favor de la indisolubilidad del matrimonio en el debate previo al Sínodo de octubre– se ha mostrado siempre favorable a la liturgia tradicional, que celebra de vez en cuando. Y justamente debido su aprecio por la Federación Internacional Juventutem ha aceptado celebrar la primera misa de la peregrinación que será dicha en acción de gracias por el décimo aniversario que cumplió Juventutem este año. También asociándose al décimo aniversario de Juventutem, Benedicto XVI recibió, el 1º de septiembre último, a uno de los fundadores de la asociación, Guiseppe Capoccia.



Benedicto XVI, con Cosimo Marti (Juventutem) y Giuseppe Capoccia
(peregrinaci
ón 'Populus Summorum Pontificum'), 1° de septiembre de 2014.

Cabe notar que un número cada vez mayor de sacerdotes del mundo anglosajón, prelados incluidos, se sienten atraídos por la liturgia tradicional. En este sentido, Estados Unidos se encuentra a la vanguardia de este movimiento ascendente de la misa tradicional, como lo ilustra, por ejemplo, la entrevista concedida a Alberto Carosa por el padre Timothy Davison, cura de la parroquia San Pedro y San Pablo de Tulsa, Oklahoma.


I – ENTREVISTA CON EL PADRE TIM


1) Padre Davison, ¿por qué se une a la tercera peregrinación del pueblo Summorum Pontificum a Roma?

Padre Tim: No hace mucho, no más de un año y medio, que celebro la misa tradicional, y cuando me invitaron a la peregrinación como capellán de un grupo de fieles, debí pensarlo seriamente. Soy responsable de una parroquia y de una escuela, lo que representa mucho trabajo. Finalmente, me he dado cuenta que necesitaba hacerlo, que necesitaba encontrarme con otras personas que experimentan esta liturgia y su riqueza. La liturgia tradicional me atrae desde hace mucho tiempo y me ha parecido que esta es una ocasión de compartir con otros este acontecimiento en la vida de la Iglesia.
En una palabra, he decidido participar para encontrar apoyo y apoyar a quienes celebran la liturgia tradicional.


2) ¿Qué lo ha llevado a celebrar la liturgia tradicional?

Padre Tim: Durante cierto tiempo, tuve como director espiritual a un monje benedictino, el Padre Mark Kirby (1), conocido por haber escrito el libro “Abuse Of The Holy Eucharist Is A Cancer At The Heart Of The Church!”. [Los abusos de la Santa Eucaristía son un cáncer en el corazón de la Iglesia]. Ha ejercido una gran influencia sobre mi interés por la liturgia tradicional y su historia, en particular, la liturgia tradicional. A través de su influencia y la de los monjes de un monasterio de nuestra diócesis, sentí el deseo de aprender esta liturgia y de celebrarla. Además, mi madre, que tiene 94 años, me ha pedido que el rito de sus exequias sea el tradicional.
Por todas estas razones, pedí a la Fraternidad San Pedro, presente en mi diócesis, que me formara. Así lo hicieron, y a medida que aprendía a celebrar, me sentía más feliz al comprender mejor la liturgia católica y su tradición. Cosa que no me había pasado con el Novus Ordo, que he celebrado durante mis siete primeros años de sacerdocio.
Gracias al descubrimiento de la liturgia tradicional, he podido profundizar mi comprensión del misterio de la Eucaristía y del respeto, de la veneración y de los gestos que deben acompañarla.


3) ¿Qué influencia ha tenido en la vida de su parroquia, su decisión de celebrar in utroque usu, en ambas formas del rito romano?

Padre Tim: En mi parroquia, hay tres grupos distintos:
- los angloparlantes, para quienes se celebra el Novus Ordo en inglés. Son fieles de edad más bien avanzada, y algunos pocos jóvenes, quienes no se interesan para nada en la misa tradicional,
- los hispanos, que representan la mayoría de los parroquianos, pero que tampoco se muestran interesados por la misa tradicional,
- y, finalmente, los fieles de la forma extraordinaria, un grupo proveniente de otro lugar donde se celebraba la misa, que ya contaba con monaguillos y una schola, justamente todo lo que necesitaba para la misa que se celebra a las 13 horas el domingo.
Por el momento, estos tres grupos no se mezclan. Algunos fieles angloparlantes e hispanos han venido a la misa tradicional, pero sin demostrar especial interés.


4) ¿La introducción de la misa tradicional ha causado división? Es un argumento que suele esgrimirse contra la aplicación del motu proprio Summorum Pontificum.

Padre Tim: Para nada. Todo sigue muy tranquilo y no hay ningún problema. La única dificultad la experimento yo por el hecho de tener que multiplicarme para poder atender las tres comunidades. Debo decir que la forma extraordinaria, celebrada los lunes, viernes y domingos, me consume mucha energía y tiempo, porque me exige mayor esfuerzo para celebrarla bien y habituarme al calendario, diferente del de la forma ordinaria.


5) ¿Qué dice su obispo?

Padre Tim: Nuestro obispo, Mons. Edward Slattery, es muy tradicional y, según sé, es uno de los pocos obispos que celebra la forma ordinaria ad orientem. También celebra gustoso la forma extraordinaria. Es muy abierto y generoso. El 24 de abril de 2010, celebró una misa pontifical solemne en el santuario nacional de la Inmaculada Concepción, en Washington, por el quinto aniversario de la elección de Benedicto XVI a la sede de Pedro. Era la primera misa pontifical solemne celebrada allí en cuarenta años, en presencia de 3500 personas, entre quienes se contaban el cardenal Baum y un centenar de sacerdotes y seminaristas. Además, Mons. Slattery es quien ha instalado la Fraternidad San Pedro en la diócesis. Esta última se encarga de la parroquia de la Preciosísima Sangre, antiguamente, parroquia San Pedro.


6) Es una gracia tener un obispo así, ¿puede comentarnos algo más sobre su personalidad?

Padre Tim: Usted tiene toda la razón. Mons. Slattery tiene 74 años y se aproxima al término de su mandato. Es originario de la diócesis de Chicago, y no es casualidad si esta ciudad ha tenido y sigue teniendo un papel esencial en la difusión de la forma extraordinaria del rito romano. En efecto, dicha ciudad es sede de la parroquia San Juan Cantius, que dirige el canónigo Frank Phillips, fundador de los canónigos de Cantius en 1998, una comunidad religiosa masculina consagrada a la restauración de lo sagrado en el marco del ministerio parroquial.


7) ¿Y qué más nos puede decir?

Padre Tim: La divisa de esa comunidad define claramente su misión: Instaurare Sacra. Los canónigos de Cantius se caracterizan por formar a los sacerdotes diocesanos deseosos de aprender a celebrar en la forma extraordinaria. En mi parroquia, tuvimos un sacerdote mexicano que, al ver que yo celebraba la misa tradicional, me preguntó si él también podía aprender. Lo envié a Chicago y fue el milésimo sacerdote que los canónigos han formado. Considerando que la Fraternidad San Pedro ha formado también otro millar de sacerdotes, hay unos 2000 sacerdotes que dicen la misa tradicional en los Estados Unidos.


8) ¿La celebración de la forma extraordinaria ha ejercido alguna influencia en la manera en que celebra la forma ordinaria?

Padre Tim: Sí, sin duda alguna. La mayor influencia consiste en el espíritu, el silencio, la reverencia, la extrema atención al menor gesto –por ejemplo, para asegurarse de que ningún fragmento de la hostia caiga al suelo o quede en los dedos del celebrante– con los que ahora celebro. Creo que no sería una mala idea si se recuperara un poco de disciplina tradicional en el nuevo rito, una disciplina que inspira temor y reverencia hacia lo que tenemos el privilegio de realizar. En una palabra, del comienzo al fin, la liturgia tradicional nos sumerge en el misterio trascendente de Dios.



Mons. Slattery, de visita en la parroquia del padre Davison
(en la foto, el primero de la izquierda).

II – LAS REFLEXIONES DE PAIX LITURGIQUE

1 – Difícil expresar mejor que el padre Timothy Davison la atracción que ejerce la misa tradicional sobre buen número de sacerdotes: «hechos» para celebrar el santo sacrificio, acaban sintiendo, en el marco de la nueva liturgia, una carencia ritual, en el sentido más noble de la palabra rito, como expresión visible e invisible del acontecimiento sagrado del que son ministros en el altar. El padre Tim también cuenta, como lo hacen muchos sacerdotes diocesanos cuando comienzan a celebrar la misa tradicional, que la atracción de la forma extraordinaria es contagiosa: otros sacerdotes ven su alegría de celebrar y los frutos resultantes y quieren imitarlos.

2 – Según el padre Tim, a partir de 2007 y de la publicación de Summorum Pontificum, 2000 sacerdotes norteamericanos que sólo celebraban la forma ordinaria han aprendido a celebrar la forma extraordinaria. Nunca se ponderará suficientemente la importancia del motu proprio de Benedicto XVI en el lento pero profundo movimiento que ha iniciado. También debe subrayarse el papel notable de las comunidades en condiciones de ejercer una pedagogía litúrgica, en este caso, los canónigos de Cantius y la Fraternidad San Pedro (se podría citar además, en los Estados Unidos, al Instituto Cristo Rey y a los monasterios tradicionales). Es bien sabido cuán importante resulta en todo proceso de educación restauradora, este tipo de apoyo.

3 – El obispo del padre Davison, Mons. Edward Slattery, ha sido particularmente generoso. Cabe recordar que la situación en Estados Unidos es muy diferente de la del viejo continente, en particular de la situación francesa, dado que allí la ideología no tiene la misma influencia. Mientras que en Europa –que el papa Francisco acaba de describir como una periferia envejecida sin sacerdotes ni religiosas (2)– muchos obispos prefieren ver disminuir año tras años la cantidad de vocaciones y el número de fieles antes que abrir su corazón y sus iglesias a la forma extraordinaria, del otro lado del Atlántico la mayoría de los obispos, incluso si no son tradicionales, se muestran pragmáticos. Y como la liturgia tradicional atrae a los fieles y suscita vocaciones, no tienen reparos en darle el espacio adecuado a su desarrollo. ¡Qué ejemplo!

4 – Por lo que se refiere a la paz parroquial descrita por el padre Tim, resulta evidente que deriva, en primer lugar, de la paz litúrgica que reina en el corazón de este párroco. Además, seguramente tampoco debe tener que vérselas con comités de laicos convertidos en cuasi sacerdotes en el contexto de la liturgia nueva. En todo caso,y con toda naturalidad, la forma tradicional retoma su lugar en la vida de la Iglesia, de la que esta parroquia de Oklahoma constituye, de alguna manera, un pequeño microcosmos.


(1) Dom Mark Kirby es el fundador y prior de Nuestra Señora del Cenáculo, un monasterio consagrado a la adoración perpetua del Santísimo Sacramento. Erigido originalmente en la diócesis de Tulsa al finalizar el Año de la Eucaristía establecido por Juan Pablo II (2004-2005), actualmente se encuentra en Silverstream, en el condado de Meath, en Irlanda. La forma extraordinaria del rito romano es la liturgia ordinaria del monasterio.

(2) En el encuentro con los nuevos obispos de Propaganda Fide, el 20 de septiembre de 2014.